La línea educativa se estructura como una práctica social que permita romper la cadena hegemónica capitalista de deshumanizar a las personas a partir de sistemas de competencia desigual, lo cual, conlleva a una desconexión con la naturaleza, la diversidad y el pensamiento crítico. Por lo tanto, se busca desde los contenidos epistemológicos de la educación popular, la generación de alternativas educativas que agencien la consolidación de lazos de afecto (tejido social) y procesos de transformación de los entornos sociales partiendo de la apropiación territorial. En donde se pone en juego la visión de una educación integradora de los contextos de la vida cotidiana junto a sus necesidades apremiantes y como el encuentro con el otro posibilitando el trabajo colectivo.
- Fomentar la reflexión crítica de las realidades contextuales como camino para la transformación individual y colectiva.
- Propiciar escenarios de diálogo y reflexión que permitan la construcción colectiva del conocimiento.
- Desarrollar apuestas de reconocimiento territorial como cuerpo socio-político.
- Diseñar metodologías participativas que promuevan el protagonismo de los sectores populares como agentes transformadores.